ESTRATEGIAS LUDICAS EN LA EDUCACIÓN INFANTIL
El proceso o actividad lúdica, favorece en la infancia la
autoconfianza, la autonomía y la formación de la personalidad, convirtiéndose
así en una de las actividades recreativas y educativas primordiales.
El docente al plantear unas acciones motivadoras debe empezar por
propiciar una relación afectiva con los niños, y a su vez diseñar actividades
lúdicas que tengan en cuenta las necesidades e intereses de sus educandos, pues
solo así podrá llegar al corazón de ellos y motivarlos a participar activamente
en la adquisición de sus propios conocimientos, ante esto Giovanni M. Iafrancesco
(2003) expresa que: “El educador mediador debe crear un ambiente propicio para
motivar al niño, y aprovechar toda inquietud del estudiante, pues es una buena
oportunidad para orientar su aprendizaje y canalizar sus intereses y
expectativas” (p. 146).
Por consiguiente, es importante que las experiencias lúdicas que se
ofrezcan al estudiante sean significativas motivando así a los estudiantes a
usar todo su esfuerzo, energía y perseverancia en la realización de las
actividades propuestas por el docente, en este sentido es importante brindar un
entorno donde el niño:

Por consiguiente el docente puede innovar en el aula de clase,
ofreciendo un ambiente enriquecedor, donde no haya espacio para la rutina,
planeando actividades estimulantes, haciendo buen uso de los materiales y demás
recursos a su alcance para lograr que los niños estén siempre motivados para
aprender, ante esto Medina (1999), sugiere que:


La institución de educación preescolar debe convertirse en un
verdadero basurero – taller, en el que el niño se pueda mover libremente
desarrollando sus sentidos, fortaleciendo su capacidad motora, potencializando
sus aptitudes intelectuales y afectivas, construyendo su pensamiento complejo y
socializándose al ritmo de sus propios conflictos. (p.30)
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